Más respeto que soy Gasalla

Quería compartir con ustedes una linda experiencia teatral.

Un par de domingos atrás fui a ver “Más respeto que soy tu madre” con un grupo de amigas. Fui con pocas ganas porque siempre me provoca algo de rechazo todo aquel espectáculo que se convierte en un boom (puro prejuicio admito). Pero como teníamos entradas con descuento y en lo personal, tenía ganas de hacer una salida, fui y qué sorpresa me llevé!! No pretendo hacer una crítica del espectáculo porque tendría que meterme con componentes no son del todo destacables, pero sí podría decir que es una obra super recomendable para los fanas de Gasalla y para todo aquel que tenga ganas de divertirse un par de horas.

Llegamos un rato antes de la hora de la función, cerca de las 19:00 hs y tuvimos la posibilidad de ver entrar a un señor peinando canas con un cuerpo que acusaba sus casi 70 años, de andar cansado y tranquilo, de aspecto simple y perfil bajo. Ni más ni menos que Antonio Gasalla hacía su entrada al lugar. Una hora después, esa persona le prestaba el cuerpo a Mirta Bertotti, el personaje central de la obra. Una mujer cincuentona contando sus desventuras familiares que no sale de escena ni para cambiarse, que habla casi verborrágicamente en algunos tramos, que baila y se mueve sin y podría seguir contando. 

Como les decía antes… no quiero hablar de la obra sino de la hermosa experiencia de sentir el placer de ver a Antonio Gasalla arriba del escenario!! Cuánto placer da ver a alguien disfrutar de lo que está haciendo… cuánta energía puede contagiar un hombre haciendo lo que le gusta… qué emoción me dio ver un teatro repleto, aplaudiendo de pie a un actor que se nota ama lo que hace y diciendo como últimas palabras “mientras pueda caminar voy a estar arriba de un escenario así, que donde vean un cartel, vayan”.

Por suerte tenemos todavía varios “monstruos” como este en el mundo del espectáculo que disfrutan de su trabajo y que pueden seguir subiendo al escenario con más ganas que el primer día: un Mariano Mores en el tango, un Alfredo Alcon o un Pepe Soriano actuando y no se me vienen más nombres a la cabeza, pero seguro hay más!

Hoy estoy sentada en mi oficina, pensando en lo que realmente me gustaría estar haciendo (es obvio que no trabajo de lo que me gusta, si no… para qué escribir esto!!) y se me vienen a la mente un montón de reflexiones sobre eso de “si encuentras alto que te gusta y en lo que eres bueno, no podrás parar” o “si puedes disfrutar de tu trabajo, realmente no lo sentirás como tal”. Y de vuelta lo encuentro a Antonio diciendo, aquel día en lo que nombraron ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires “Me siento un trabajador privilegiado por tener esta profesión que me permite comunicarme con la gente y decir lo que quiero”.