Cuando tenía 10 años aproximadamente, una tarde me llevaron a caminar por Florida, había una feria de editoriales y me paré, casi instintivamente, en el stand de una editorial que publicaba guiones de cine. Siempre me había gustado el cine, recuerdo las funciones de los miércoles en el Cine Rivas, de Parque Patricios, donde daban tres películas en continuado y, a veces, hasta número vivo!!!
Solía recortar los afiches de cine que salían en el diario y luego las críticas de los estrenos y así, a partir de 1969 empecé a armar carpetas que hoy son material histórico de una época que ya no lo será más. Fundamentalmente porque la mayor parte de los cines han cerrado y la gran época de oro, con los grandes, se ha ido terminando, muertos Bergman, Fellini, Visconti, Tarkovsky, qué nos queda….
De chico, muy chico, mis padres me habían regalado un proyector CINEGRAF, que aún conservo, allí con papel manteca, creaba mis propias películas y sentaba a mis amigos a verlas. Eran, por lo general, historias de amor, imaginadas a partir de mis tempranas lecturas de Edgard Allan Poe y las historias de Narciso Ibañez Menta en televisión.
En fin, mi papá, siempre atento a mis gustos, me dio la sorpresa de regalarme esa colección de guiones de tapa blanca que había visto en la calle Florida.
Vinieron envueltos en papel madera y cuando abrí el paquete, me encontré con una pila de guiones de Fellini, Buñuel, Visconti, Passolini… los devoré, sin entender mucho, ya que era muy joven. Hacia mis 14 años, peinado con gomina y vestido de traje, me presentaba en las boleterías de los cines y compraba entradas para ver las películas de esos guiones que había leído, en ese momento, todas prohibidas para menores de 18 años. Al entrar al cine, el olor de la sala, las butacas, la oscuridad, el telón, las copias con saltos, todo era parte de la magia y allí comenzó una de las más largas historias de amor de mi vida.
Luis Formaiano
Qué hermosos recuerdos!!!!
ResponderEliminarInolvidables las tardes cuando era chica en el cine de Morón, sobre todo cuando la película era mala y desde el fondo de la sala venían volando monedas varias hacia adelante! Jajajjaaja!!!!
Recuerdo las peliculas en continuado del cine Gran Adrogué, (generalmente la segunda era malísima),y es cierto, el olor a cuero de las butacas, el acomodador y el vendedor de golosinas!!Que epocas!!!!
ResponderEliminares verdad y no habia pelicula linda si no nos compraban una malta y un pancho...ya no existe el cine...
ResponderEliminarAnonimus quién sos???' por mencionar una malta me suena a tercera edad!
ResponderEliminarDaniela no seas asi con Anonimo!!! Si nosotras debemos estar por la edad segunda y tres cuartos!!
ResponderEliminarSeeeeee.....
ResponderEliminarDe las media tres cuartos, la vincha y el bombachón! (qué horrorrrr!!!!)
Luis, qué lindos recuerdos y el arte para relatarlos. ¿Sabés que yo hacía lo mismo con los afiches? Recortaba y pegaba, recortaba y pegaba... y guardaba... y escondía en bolsas para que mi vieja no descubriera el nido de ratas.
ResponderEliminarY a las chicas y a los anónimos les cuento que yo de malta no sé nada. Parece que cuando nací ya había pasado de moda... jajaja
Y a vos, Daniela, te comunico que yo... siempre con medias de red, tanga y los cabellos al viento.